¿Es éste mi legado?
No pasa un día en que el que no me llene de rabia aquel foso al que me arrojaron hace años. Aún recuerdo mi desesperación justo antes de perder el control. Lo recordaré siempre, porque soy quien soy. Igual recordaré una herrera que decidió apartarse de mi camino por motivos que aun no comprendo; o aquella musa que me inspiraba a pelear por algo. Todo, todo es hace un momento, y sin embargo hace ya demasiado. Demasiado tiempo porque las cicatrices de entonces ya no sangran, pero están ahí.
Aullidos de lobos, repicar tintineante de espadas, un yunque y un martillo, sangre de demonios sobre mi, rabia para todos... Si, este parece ser mi legado y mi sino.
Mi guardián pace tranquilamente a escasos metros, es una extensión de mis emociones. Sabe que no estoy bien. Aunque decidí no usar la espada de dos colores si no es contra demonios, los enemigos que me persiguen son interiores, debo vencerlos solo, y mi espada no sirve para vencerme a mi mismo.
Quizá una nueva espada, sin el poder del cazador, de otros colores, de otra magia... quizá sea la necesaria. Mientras tanto, yo me mantengo lleno de rabia, pero bajo control. Quizá aun se albergue esperanza para mi.
(El legado del Guerrero XXXVI)
http://sendaguerrero.blogspot.com.es/
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