Contador de visitas

18 ago 2012

La palabra del cazador

Una vez... bajo una ventana... prometí no odiarte nunca, a pesar de todo, no odiarte jamás. Me doy cuenta que he faltado por primera vez a mi palabra. Espero que este odio desaparezca, no es comparable al que siento por quien me arrojó a un foso con perros. Pero sin duda es lo que siento. Otros quizá me consideren un cobarde por huir al otro lado de la grieta de realidades. Yo creo que es valentía. Admitir que no quiero hacer daño a nadie, afrontar este miedo; afrontar mi propia naturaleza, que puedo perder el control ante la impotencia y la desesperación. No soy un cobarde por enfrentarme a mi mismo y a lo que siento.

Odio a quien quiero, es tan real como... ¿irónico?. Mis emociones, mis sentimientos, son míos. Nadie tiene culpa de ellos. Nadie debería sufrir sus consecuencias. Todos deberíamos ser capaces de poner límites, barreras... para no sufrir ni que sufran. No se debería jugar con las emociones de nadie.

Me doy cuenta, una vez más, que he cambiado. Mi sangre se ha vuelto salvaje. Mis ojos han recuperado la mirada del cazador. Mis músculos reconocen el peso de mi espada. Las manos su tacto. El mundo reconoce mi fuerza, mi poder.

He corrido bajo las estrellas persiguiendo bestias. He dormido bajo la alumbre de la vía láctea. He visto las lágrimas de los dioses caer en la noche con las perseidas. He sido acechado, perseguido, esquivado... incluso puesto a prueba por quienes menos esperaría. Al fin he recuperado una magia que creía perdida.

Incluso he llorado, por quién pensé que no lloraría.

He recordado a quien nunca imaginé recordar.

Hablo de emociones como si fuese quien más sabe de ellas. He cambiado, una vez más... ¿hasta cuándo? ¿cuándo será la última vez?

(El legado del guerrero XXIV)






http://sendaguerrero.blogspot.com/

No hay comentarios: