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29 jul 2012

Re-encontrarse

Una figura trata de levantarse del suelo tras un empujón... un puñetazo le hace volver al suelo y masticar tierra. Dos patadas más van hacia él y le mantienen en el suelo. Es casi mediodía en una pequeña aldea cercana a Sefar, el reino de la Guerra.

-Ja-

Muy lejos... muy muy lejos... en el Puerto del Rey, en el reino de Silh; algo se mueve -vuela- cada vez más deprisa. Una estela va dejando a su paso, sería devastador encontrarse en su camino. Ante el mar no merma la velocidad, no se puede ver qué es.

Más golpes a un hombre demacrado, vestido con harapos, un vagabundo. Un castigo por meterse donde no le llaman. Trataba de defender a un niño que osó asustar un caballo cuyo jinete no admitió gentil caer al suelo. Le golpean desde el suelo una y otra vez...

-Ja,ja-

El mar en calma es perturbado por el vuelo de lo que viaja por él. El agua se doblega ante el viento.

Le golpean más contundentemente. Pierden la compostura ante la actitud de ese hombre, que se ríe, cada vez más fuerte. Aunque le golpeen no baja la mirada, es como si estuviese acostumbrado a recibir golpes aun más duros y fieros.

-Ja, ja, ja....-

El ancho mar se ha acabado. Va hacia un lugar, concreto, único. La tierra tiembla a su paso.

Golpes, patadas, insultos...

-Ya está aquí - dice mientras alza su mano desde el suelo, agachado, Inmune a los golpes. Su espada llega a su mano. El arma que le corresponde. Retroceden los abusones. Reconocen la espada de dos colores. Tiemblan ante esa risa, ahora es maquiavélica. Alguno moja los pantalones ante la tortura que les espera en sus manos; liberado completamente.

Se ha liberado en todos los sentidos, se está preparando para un viaje. Quiere dejar atrás sentimientos que no puede contener, quiere dejar de sufrir. Finalmente hará lo que mejor sabe hacer: luchar. Luchará por dejar atrás los recuerdos bajo una ventana. Quizá no pueda olvidar,  debía sucederle todo....

El rugido de su guardián rompe el silencio de las carcajadas. El panda gigante corre hacia su lado. Tras él viene un jinete cuyo blasón es inolvidable. El rey guerrero del reino de la Guerra ha venido a buscar al cazador, que ha cruzado el mar para encontrar un nuevo camino.

Se acaba el tumulto y el miedo, rey y cazador se abrazan como amigos, los bramidos del guardián son la muestra del cambio de ánimo. El corazón del cazador trata de ocupar su mente en pensamientos... trata de hablarle a un hijo que aun no nació.. y que anhela que nazca.

(El legado del guerrero XXII)



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