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17 ene 2012

Un corazón de piedra

El viejo fantasma del silencio ronda el espíritu del cazador de demonios. Ahora es consciente de ello, no quiere hacer daño ni preocupar a sus seres queridos. Trata de evitarlos; camina aquí y allá. Recorre el mercado donde una vez trabajó; cuando no recordaba quién era.

Sin embargo las miradas no son nada discretas. No es capaz de ocultar su ánimo, y todos le recuerdan silencioso, pero no ausente. Huye de cualquier cara conocida y no son pocos los que se cruza. No quiere dar, ni dará explicaciones. Una vez más desea llorar en soledad aunque no sabe hacerlo. Es más consciente que nunca de lo que siente interiormente.

Lleva así dos días. Se cruza con Rito, prácticamente su hermana adoptiva. Ella no le pregunta, le abraza. Al mirarle a los ojos está llorando. Ella llora por él. No entiende el dolor que sufre el cazador. Pero no desea verle así. Él se conmueve por este gesto.

¿Por qué diablos no es capaz de llorar? Malditos sean una vez más los dioses por hacerle como es. ¿Por qué no sabe llorar como los demás?

(La conquista 20)





http://sendaguerrero.blogspot.com/

2 comentarios:

Cristina M. Ch. dijo...

Hay veces en la vida que nos creemos incapaces de algo por el mero hecho de haberlo olvidado. Pero se esconde, en algún lugar de nuestra piel, de nuestros ojos y de nuestro recuerdo, la habilidad de sentir o de llorar.

Por muy triste que sea una lágrima, peor es un corazón de piedra. Ojalá pronto, puedas hacerlo.

Un beso desde no tan lejos...

Mamut dijo...

No tengo palabras para responderte.

Gracias. :-****