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2 ene 2012

La noche eterna

La capital de Silh engalanada para una coronación en pocos días. Dos figuras pasean a caballo por la ciudad a media tarde. Llevan desde la noche anterior juntos; charlando sin parar. Conociéndose mejor si cabe. Él de pronto se para y señala una esquina, una ruptura diminuta entre realidades que apenas ella percibe y se cierra rápidamente. Ella sonríe para que el no se frustre. Está aprendiendo a ser humano. Ella le muestra la verdadera naturaleza humana que él negó siendo niño.

Pasean por los alrededores. Hablan del universo. Hablan de la claridad del agua, de la naturaleza del viento. De la sencillez con la que una mariposa se posa sobre el dedo para calentarse sobre los últimos rayos de sol. Cualquier tema es válido. Nada es tabú entre ellos. Ese es su vínculo.

Él la llama a ella "Musa", es el motivo por el que regresa. Por el que su sonrisa es sincera, por el que aprecia su propia humanidad. Ella a él de un modo cariñoso que nadie se atreverá a usar jamás. Temen su represalia. No es el nombre que le dió su padre, el cual negó junto a su humanidad por culpa de su condición de cazador de demonios. Pero lo acepta, sus ojos la siguen a donde ella vaya; aprenderá hasta el último gesto como si fuera un niño con ansias de aprender, con entusiasmo. Siguen el paseo.

En alguna que otra ocasión ella comenta que no lo entiende; por qué ella y no otra persona. ¿Por qué a pesar de sus imperfecciones? ¿Por qué la eligió a ella como musa?

"Yo no te elegí, ¿quién soy para hacerlo?" - responde el cazador - "Tuve la suerte de encontrarte, el universo me habló aun estando cubierto de barro para liberar un carro. Tú y yo tenemos un poder similar. Vemos el mundo con los mismos ojos; aunque yo nací en un lugar que me llevó a odiar mi condición de cazador. Seguiré renegando lo que soy, y odiaré a los dioses por este injusto mundo." - Mira a su musa, se pierde entre sus ojos con el reflejo de las estrellas. Mira al cielo, plagado de ellas, se ha hecho de noche con tanto paseo y divagar. ¿Cuánto llevan juntos? El tiempo ha perdido su significado. Ambos miran al cielo sonríen ante la inmensidad de estrellas y las constelaciones que forman. - "Tus ojos entienden a los mios, lo supe al conocerte" - Una frase que lo encierra todo.

El tiempo ha pasado tan deprisa para ellos que no se han dado cuenta. Ellos estaban encerrados en su paseo y su contemplación. Sus lecciones. Tan tarde como para que a ambos les echen de menos sus respectivas familias. Se despiden con una sonrisa bajo el manto de estrellas.

(La conquista 15)
(Sobra dedicarlo)





http://sendaguerrero.blogspot.com/

3 comentarios:

Cristina M. Ch. dijo...

¿Sabes qué? Consigues vencerme en mi propio campo, el de la escritura. Creo que es porque a mí me falta, a veces, esa chispa de ilusión que dan los secretos bien guardados y la chispa de pasión que da esa habilidad que hace tanto perdí.

Gracias por sacarme una sonrisa, gracias por dedicarme tu tiempo y sobre todo, gracias por confíar en mí.

Un beso desde no tan lejos.

Mamut dijo...

¿Vencerte? ¿Desde cuándo competíamos? Si es así toma mi espada y húndela en mi corazón, jamás osaré blandir armas contra ti xD

"Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso… yo no sé
qué te diera por un beso." (Bécquer)

Confié en ti, cierto. Pero también confiaste tú en mi. No lo olvides. Es recíproco.

Un beso, desde más cerca. Pero no tanto.

Cristina M. Ch. dijo...

No competimos, soy yo quien compite contra mí misma y quien siempre intenta mejorar al escribir. Quizás me haya expresado mal, esto nunca fue una competición :)

¿Sabes que durante muchos años (y aún hoy día) Bécquer es mi poeta favorito? He perdido la cuenta de cuántas veces leí sus rimas y leyendas.

En cuanto a lo de la confianza, no hablo en general, me refiero a dos momentos muy específicos del día de ayer, en la misma calle, en diferentes aceras. Una, recién salido el sol, la otra, ya puesto hacía tiempo.

Un beso, desde no tan lejos.