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16 jun 2011

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Cae el sol del atardecer en la verde tierra de Immert. Un hombre, labra el huerto junto a su hogar.

Tzum, tzum, tzum... suena la azada al clavarse en la tierra. Sus ojos, enrojecidos, muestran el dolor de cabeza que soporta. El gesto es contenido. Intenta vaciarse de pensamientos. Lanza todo el dolor con la fuerza de sus brazos. Descarga lo que contiene. Respira agitado, pero su temple es calmado. Desde su casa le observa su esposa. El motivo por el que desea regresar siempre allí, ella. Aunque ahora no le corresponde la apasionada mirada, le sigue queriendo. Es algo que no pueden dudar ninguno de ellos.

Tzum, tzum, tzum..
.
-sigue sonando, resuena entre el cántico de los pájaros sobre los árboles- Tzum, tzum... tzum zum, tzum zum, tzum zum, tzum zum... - una segunda azada. En sepulcral silencio alguien se situó al lado del granjero y comenzó a labrar el campo. La mirada de éste visitante se muestra furiosa. Las manos de ambos están curtidas, ninguno se resentirá mañana. El granjero lanza una mirada fugaz para reconocerle. Siguen ambos en silencio, mueven la tierra, usan la azada. El silencio se rompe cuando un enorme oso panda les ayuda 'a su manera'. Excava agujeros aleatoriamente, brama de entusiasmo, juega..- con esas zarpas, con esa fuerza. El granjero le mira y dice con frialdad: "Si mis verduras no llegan a crecer por tu culpa me haré un abrigo con tu piel". Un bramido de entusiasmo se apaga ante las palabras y el oso deja de excavar.

Llegada la noche, ambos labradores descansan con una taza de sopa caliente. El panda duerme cerca, le oyen roncar. Apenas se han cruzado dos palabras. Finalmente el granjero comienza la garla: "¿Qué te trae por aquí? ¿Por qué labraste la tierra conmigo en lugar de disfrutar de la hospitalidad de mi casa?"

"Me dijiste que eso te permitía no contener los golpes, necesitaba comprobarlo" - responde el joven viajero con gesto frío - "A mi no me sirve, si no contengo el golpe puedo devastar tu huerto, tu casa e incluso tu familia. Solo vine a verte, general..."

El granjero mira atónito a su huésped. Habla más de lo habitual. Su constante furia viene y va. Algo le ha sucedido... es más ¿humano? "Solo a verme..." - dice - "pero sigues sin encontrar la motivación para cerrar la grieta... aunque algo ha sucedido, no puedes ocultármelo"


"Si, quizá la cierre desde dentro. Quizá es mi anhelo"

(41ª crónica del Cazademonios, sobre la humanidad de su alma III)


http://sendaguerrero.blogspot.com/

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