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9 feb 2012

Crónica secreta del cazador de demonios

La noche de luna nueva. Un ser se encuentra frente a si mismo. Ha recurrido a un lugar donde no dañar a nadie, donde dar rienda suelta a un ritual arcano y ancestral: Invocarse a sí mismo. Sólo se oye el rumor del agua del río, las hojas secas moviéndose por el viento del invierno. El cielo es oscuro como el alma de ambos.

Soy el cazador de demonios, sé manejar la espada.

Yo soy el cazador de demonios, vigilo las rupturas entre realidades. Controlo el orden entre los mundos.

Ambos nacimos una noche como esta.

Naciste tú, yo nací en la casa de mis padres. Junto a la lumbre de la chimenea y fui abrigado por pieles de oveja. A ti te abrigaron unas cadenas y la piedra a la que te ataron en el foso. ¿Olvidaste la sangre de las bestias a las que mataste para sobrevivir?

Soy tu único refugio, sigues vivo porque yo te hago fuerte. La mujer que te arrojó al foso te tuvo miedo. No tienes amigos, todos te temen. La herrera huyó de ti... como todos lo harán tarde o temprano.

Acabé en el foso por abrir mi corazón a quien no debía. Por eso naciste tú. Para protegerme. La herrera decidió seguir su propio camino; y me enseñó que no debo odiar cada día de mi vida a los demás, solo a quien lo merezca. El general de la verde Tierra de Immert me enseñó que puedo aprender lecciones aun siendo el más poderoso. El rey Guerrero de Sefar me enseñó a ser humilde, a admitir que alguien pueda vencerme sin más en lo que soy un maestro.

Tienes una musa, como el viejo rey de Sefar ¿Por qué ella precisamente? ¿Ya no recurrirás a mi para vencer?

Al mirar sus ojos la primera vez noté un poder que no he conocido antes. Quise conocerla y no me equivocaba. Toqué sus manos para calentarlas del frío. Y noté que son capaces de blandir una espada tan poderosa como la mía. Al conocerla sentí un tormento tan parejo al mío, pero capaz de expresar emociones; sentí envidia de ella. Sin darme cuenta, le abrí mi corazón y ella no huyó. No me teme. No tiene miedo del cazador de demonios. Ella puede verlos también, sabe lo que siento al verlos, sabe lo que es ser diferente. ¿Cómo no puede ser mi musa? Ocupa mis pensamientos y mi tiempo. He olvidado mirar la luna o el sol para regresar a comer o a dormir.

...

Es el motivo por el que regreso sin pensar del infierno. Ella me trae una paz que no he encontrado nada más que en la batalla. Su sonrisa hace que se me pare el corazón. Sus ojos me hacen caer en un abismo más profundo que el averno del que solo despierto con un beso de sus labios. Yo controlo el destino de los círculos del mundo, controlo las rupturas entre realidades. Pero la incertidumbre, la aventura de estar junto a ella, junto a mi musa, ese es el gran misterio. No controlar ni saber lo que ella piensa o siente, no saber qué hará o dirá. Por eso ésta noche de luna nueva no he venido a luchar contra ti, bestia.

¿Qué has venido a hacer entonces?

He venido a liberarme. Ya aprendí a controlarte, a sacarte y a disfrutar del placer de la sangre de mis enemigos. Ahora quiero pelear por mi; por ella, por mis amigos. Por mi familia, por mi raza.

¿Crees que lo conseguirás sin mi?

Quizá tú no mueras nunca dentro de mi y te llamaré, pero no estaré solo. Ella estará conmigo. Ahora mismo está conmigo, porque nunca me abandona, está en mi corazón. No tienes nada que hacer.

Crónica secreta del Cazador de demonios.

(Para ti, Cristina, por ser como eres. Por aparecer en mi vida. Por permanecer en ella)









http://sendaguerrero.blogspot.com/

2 comentarios:

Cristina M. Ch. dijo...

Aunque paso por aquí de vez en cuando, hacía mucho que no me tomaba el tiempo necesario para escribir un comentario.

Sabes lo especial que este post ha sido para mí y sabes que logró emocionarme la primera vez que lo leí. Gracias. De corazón. Porque en cierta manera, has comenzado a conocerme, aunque te esfuerces en ver sólo lo bueno.
De alguna manera, tienes el don de enzalsar mis virtudes, de hablar de mí de manera que me ayuda a darme cuenta de todo aquello que soy - a veces - incapaz de ver.

Yo sólo espero haber sido capaz de devolverte la mitad de todo lo que tú me has dado.

Un beso desde no tan lejos.

Mamut dijo...

Lo que me has aportado tú a mi no tiene capacidad de medición. Inconmensurable.


En ti veo lo que hay, ni más ni menos. Y todo lo que veo de ti es maravilloso.

Mamut.