El cazador de demonios

Un ser dormita bajo el manto de las estrellas. Aunque hace mucho frío. Soporta bien la temperatura. El lugar que le vió nacer le enseñó a ello mientras cuidaba rebaños siendo niños. En mitad de la noche, cuando más oscuro está abre los ojos y contempla. El universo es uno con él. Siente cada ápice de energía en ese instante de cada lugar. Contempla cada constelación. Es un dios poderoso observando su creación en forma humana.

Despierta por la mañana un hombre. Lejos. Muy lejos de su hogar. Lejos de batallas y emboscadas. Nadie conoce la dirección que ha tomado. Estira sus brazos observando un paisaje que amanece. Virgen por descubrirse ante el nuevo día. Cruje su cuello inclinándolo a ambos lados con un gesto serio. Impasible. Se levanta del todo.

Observa el enorme árbol que tiene a su lado. Protege sus manos con tela y comienza a golpearlo. Necesita entrar en calor. Comenzar el día. A su cabeza acuden flashes de memoria recurrentes con cada golpe que hacen más violenta su mirada. Hacen vibrar las ramas. Recuerdos pasados de lugares olvidados.

Tras la lección de boxeo, el desayuno está sobre el suelo y él solo deberá recogerlo. Tratará de evitar esos malos recuerdos que aun le persiguen. Debe seguir adelante, esa es la idea que le marca su voluntad.

(La conquista 7)

http://sendaguerrero.blogspot.com/