En el reino de Silh, el reino sin rey. Celebran también la noche de los muertos. Quizá de una forma más humilde. Aun no asumen que empiezan a abandonar la pobreza. Las cosechas han dado su fruto; el pueblo sigue desconfiando. Prefieren austeridad para prevenir los malos tiempos.
Un joven sale de la casa en el camino del Puerto del Rey. Intenta mantener la calma. Mira la inmensidad de las estrellas. En su interior clama por alguien que no le responderá. Si los dioses existen no le hablan, quizá están enfadados con él. Pero no lo sabe. Han venido espíritus a visitarle. Él si es capaz de verlos, no con la claridad de antaño; pero percibe sus presencias, al igual que también percibe la bestia que pretende venir a devorarle a través de una grieta entre mundos.
El universo llora esta noche, los espíritus visitan a sus seres queridos, pero no pueden hablarles ni les ven. Un ejército vino a comprobar un rumor. Encontraron un fantasma aun vivo de alguien que no es el cazador; ya no. Desalentados, desmoralizados. Aun no deciden qué hacer. Apenas tienen provisiones. Más motivos para llorar esta noche. Presienten un mal augurio. Algo que no cuadra. Algo más allá de la noche de Samhain. Algo más que hace llorar al universo.
Un suspiro de aquel que es silencioso. Nada más triste que añorar lo que nunca sucedió. Siente paz al mirar las estrellas. Siente que aquel lugar es hogar. Que el mismo universo es capaz de hablarle aunque no pueda oír nada. El brillo de las estrellas le embelesa y le calma. Una mano de afecto sobre su hombro. Al girarse no ve a nadie; un fugaz recuerdo.
Amigos que no recuerda. Batallas que para él no fueron libradas.
(12º Cuento del renacer. Samhain)
http://sendaguerrero.blogspot.com/
http://sendaguerrero.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario