Verte resurgir (3ª parte)

Cuando te conocí eras solitario, peleabas sin piedad alguna contra los monstruos por tu cuenta. Nunca pensé verte llorar, y lloraste por las pérdidas humanas. Gritaste de ira y pena. Cuando te fuiste, te eché de menos. He visto como descubrías humanidad dentro de ti. Me alegra saber que hay personas por las que eres capaz de sentir emociones.

Esta pelea de hoy me resulta agotadora. Casi estaba a punto de dejarme caer. Exhausto. Hasta que te he visto de nuevo. Cazador. Solo tu presencia nos ha devuelto las ganas de seguir y no rendirnos. Sentir como el guardián rugía nos ha despertado del letargo del cansancio.

Has empuñado de nuevo tu espada. Y vuelves a sentir el placer de la lucha. Veo cómo tus hombres te siguen hasta final. Consigues llegar hasta el borde mismo de la grieta, para mirar con desprecio y rodear la retaguardia. No necesitas saber lo que necesito, directamente sabes qué hacer para vencer. Es el momento de ordenar el contraataque.

Tus ojos cambiaron en el momento de desenvainar, puedes luchar sin temor a desatarte por completo. Tus heridas parecen sanas. Estas deseoso de volver a soltar toda la energía que normalmente contienes.

Es hora de demostrar que esta batalla es para los humanos, para la libertad.

(Marcus, de la verde tierra llamada Inmert, General del ejército sin bandera)
(30ª crónica del cazademonios, sobre su regreso a la batalla, 3ª parte)

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