Tomo aire una vez más. Me duele al respirar, pero es vital que lo haga. Vaya ironía.
Mi espada sigue a mi brazo, el brazo es guiado por el hombro... todo mi ser lo guía mi corazón y mi ímpetu. Este dolor... no me ayuda. Hago el esfuerzo de ser más rápido, para acabar antes... necesito que acabe rápido. Cada día estoy de peor humor.
Ellos, los nuevos reclutas, lo están pagando. Se acercaron a aprender, pero no tengo ganas de aguantar a nadie. Hasta el propio rey se cuida de no abusar de su confianza. Me alejo. En cierto modo me echan de menos.
Arg... una vez más debo luchar. Quizá para otros no tenga sentido pelear estando herido. Yo no soporto la estrechez de mi tienda. No permitiré que un rasguño me relegue a la retaguardia. No me rendiré jamás.
Ven aquí, Guardián. Estando juntos... somos invencibles.
Mi espada sigue a mi brazo, el brazo es guiado por el hombro... todo mi ser lo guía mi corazón y mi ímpetu. Este dolor... no me ayuda. Hago el esfuerzo de ser más rápido, para acabar antes... necesito que acabe rápido. Cada día estoy de peor humor.
Ellos, los nuevos reclutas, lo están pagando. Se acercaron a aprender, pero no tengo ganas de aguantar a nadie. Hasta el propio rey se cuida de no abusar de su confianza. Me alejo. En cierto modo me echan de menos.
Arg... una vez más debo luchar. Quizá para otros no tenga sentido pelear estando herido. Yo no soporto la estrechez de mi tienda. No permitiré que un rasguño me relegue a la retaguardia. No me rendiré jamás.
Ven aquí, Guardián. Estando juntos... somos invencibles.
(Vigésima crónica del cazademonios, sobre su espíritu indomable)
http://sendaguerrero.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario