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21 ago 2010

Melancolía



Junto al campamento del ejército sin bandera se haya el lugar más triste del mundo. El cementerio con más tumbas de soldados que nunca se ha visto. Ni siquiera hay lápidas para recordar el nombre del cuerpo que guardan. Tras tanto tiempo de guerra... al fin se celebra un funeral por sus almas. Tras el regreso del cazador los demonios han dado una tregua. Tienen miedo de él.

Absolutamente todo el ejército forma con perfecta elegancia. Se arrodillan como muestra de respeto. Algunos no deberían hacerlo, están heridos; pero no les importa, rinden homenaje a sus hermanos de armas; les ayudan los demás a apoyarse. De entre todos no se arrodilla el cazador; el rey y el general le miran con asombro y tristeza desde el suelo; saben que lo que va a hacer ahora es muy dificil.



"Solo soy el hijo de un pastor... muchos han caido en esta guerra" - dice adelantándose, su voz suena tan solemne que no parece él mismo - "Muchos sangrais ahora mismo por mi culpa" - un sentimiento de culpa le hace parar para tomar aire - "Muchos creeis que mi poder es un regalo divino... para mi es una maldición. Soportar esta carga sobre mis hombros es agotador. A veces he pensado en rendirme, pero a pesar de ello os debo respeto como camaradas"



Una triste mirada a Marcus y a Julius, ellos lloran por él; no llorará. Él es el cazador y nadie le enseñó a hacerlo. Su tristeza se demuestra de la única forma que sabe. Sus ojos se vuelven crueles como los de un demonio sediento de sangre.

"He aqui que rindo honor al ejército sin bandera, vivos o muertos. Yo haré que esta lucha no sea en vano" - dice furioso. Saca su espada y corta las nubes del cielo con la violencia de una tempestad. Les regala el sol. Entonces hinca su rodilla sobre la tierra a la par que clava su espada en ella. Acerca la frente a la empuñadura. El contraste blanco y negro de sus colores con el sol es casi enigmático.



Allí arrodillado comienza a recitar oraciones en lenguas muy diversas. Algunos conocen algo, ninguno conoce todas los idiomas que el cazador habla. Sus palabras, aunque no son entendidas, desprenden que realmente siente tristeza por aquellos que han muerto. Las oraciones le salen desde lo más pronfundo de su alma, aunque no llore, está realmente triste.

Los demás si lloran, derraman las lágrimas de toda una vida contenidas en el cazador.

Finalmente, se levanta el Cazador de Demonios. Se gira sobre si y observa al ejército que llora ante él. Tumba su espada y se postra con las manos sobre la tierra. Inclina su cabeza lleno de rabia.

"Perdonadme" - lo único que fue capaz de decir.

(Decimocuarta crónica del cazademonios, sin nada más)
(A quienes se han preocupado por mi, quienes han demostrado que el dolor es más de lo que sé expresar. A mis guardianas; de la ira, de la inocencia, de la tristeza, de la esperanza, mi destello. A mi amazona, que siempre ha confiado en mi. A quien podría señalarme cual es el camino para encontrar la paz y quizá la felicidad. A muchos que no tienen nombre, pero que saben que están)



http://sendaguerrero.blogspot.com/

A quienes me leen desde Facebook, recomiendo que vayais al enlace original, los videos no los pasa y esta vez me he esmerado un poquito más que de costumbre en buscarlos. Gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Geniales los videos, el primero fue todo un descubrimiento!! Tus líneas como siempre geniales.
Gracias a vos!!