Mi guardián está enfermo, a pesar de su poder, es mortal, al igual que yo. Y me desespera que el espíritu más afín que he encontrado esté envejeciendo. Las batallas hacen mella en nosotros; y esta vez le ha tocado a él. A pesar de tener mejoras por días, vuelve a recaer. Esta incertidumbre me desespera.
Ya sé que no me sentaré a la mesa como uno más con nadie, porque soy quien soy, me respetan o temen. No conocen mi sacrificio; todo a lo que no he podido aspirar por ser quien soy. Anhelo todo aquello que no he conocido... y pienso: triste es mi pesar, que anhelo lo que nunca sucedió.
En mi pecho yacen los restos de un corazón que ya no late; hecho añicos, polvo que viaja con la brisa más allá del océano y de las montañas. Regando de emociones que ya no tengo allá por donde pasa. Que allí se quede. Lo acepto, como cazador de demonios, es mi posición. Pero tarde o temprano... dejaré de ser útil y me forzaréis a abandonar esta alma que no me pertenece. Quizá entonces me niegue a ello.
Samhain... espero algún día... regresar en una noche de Samhain... a contemplar mi legado.
(El legado del Guerrero XXI)
http://sendaguerrero.blogspot.com.es/
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